¿De qué manera afrontas la recta final de año? ¿En "modo sobrevivir" o en "modo supervivir"?

Demasiado a menudo nos hemos acostumbrado a pasar las épocas con más volumen de trabajo en “modo sobrevivir”.

Parece que hemos normalizado decir cosas como “estas próximas semanas van a ser un infierno”, “vamos a ir de cu**, es lo que toca”, “este año lo acabamos bajo tierra o sobre tierra, ya veremos”. Por cierto, ¡todas estas frases las hemos escuchado esta misma semana!

El “modo sobrevivir” es útil ante una situación límite en la que hemos de actuar (huir o luchar) para preservar nuestra vida. Pero no es nada útil cuando nos instalamos en este modo en nuestro día a día profesional (¡y/o personal!).

Quedarse en “modo sobrevivir” como nuestro estado natural tiene consecuencias para nuestra salud y para nuestro trabajo:

  • La respuesta fisiológica de mi  cuerpo a este estado, prolongada en el tiempo, puede provocar ansiedad, estrés o bloqueo.

  • Me siento amenazado y malinterpreto cualquier comentario o feedback que recibo por mi trabajo.

  • El otro (cliente, compañero/a, departamento) es mi enemigo y es mejor no fiarme ni cooperar.

  • Me victimizo y por lo tanto pierdo mi capacidad de acción.

Sin embargo, otra manera de encarar esta recta final de año es posible: el “modo supervivir”.

No se trata de entrar en un estado “zen” en el que nada me afecta. Se trata de prestar atención a estas cuatro dimensiones, hacerse las preguntas correctas y contestarlas con honestidad, individualmente o en equipo:

  • Mentalidad: ¿qué historia me estoy explicando respecto a la situación que tengo por delante?

  • Actitud de aprendizaje: ¿qué necesito desaprender y aprender?

  • Responsabilidad incondicional: ¿qué implicaciones tiene tomar un rol de víctima o de protagonista ante las circunstancias que tengo por delante?

  • Valores: ¿Hay alguna alternativa de acción que sea más coherente con tus valores?

El “modo supervivir” tiene también consecuencias para nuestra salud y para nuestro trabajo:

  • La respuesta fisiológica de mi cuerpo a este estado hace que esté tranquilo, sea productivo y creativo.

  • No estoy a la defensiva y eso me hace estar abierto a nuevos puntos de vista que mejoran mi capacidad de acción.

  • Veo al otro (cliente, compañero/a, departamento) como un aliado y tomo la iniciativa para cooperar, lo que nos da una ventaja competitiva..

  • Me hago protagonista y creo mi realidad a pesar de las circunstancias.

¿Que “modo” vas a escoger para afrontar esta recta final de año?

Eva AldeaComentario